martes, 10 de enero de 2017

Sucede

Cuento los segundos, en silencio, porque siempre he sido más de callar.

¿Cuando volverás?

La espera saca el poeta deshecho a tristeza al que a veces doy (mi) vida. Y te pienso en cada estrella, imaginando que quizás, por extraño que sea el azar, estés contemplando esa misma luz. Y fugazmente, ya no me siento tan lejos, y casi llego a sentir el tacto de un abrazo perdido entre recuerdos.

Te estoy añorando en cada instante que pierdo el norte, y vislumbro el brillo de tu mirada en la belleza que me rodea: en pequeñas flores blancas que se enredan en el manto verde que colma de vida este paisaje. Podría pasarme la vida buscando un trébol de cuatro hojas sólo por sentirte más cerca.

Y sonrío, por el mero echo de concebirte sobre el mismo lecho de suaves y tiernas hierbas que el mío, tumbado al sol y con los ojos cerrados: que bonito eres. Y que poco te queda para quedar preso de mis enredos, de mis caricias. Que ganas de confesarte que tu piel es lo mas cálido que mis dedos jamás tuvieron la osadía de imaginar.

Solo me queda admitir un último secreto:

Te quiero en mi vida.

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