miércoles, 26 de octubre de 2016

Actuar.

Me hablan de la vida, como si entendiesen de ella.Y están tan perdidos como yo.

He encontrado a gente por el camino que también comparte mi dolor, y de sus labios salen mis palabras: 'Nada tiene sentido'. Y es que, quizás, buscarle el sentido no merece la pena.

De vez en cuando me suelo preguntar si
existe la certeza de que realmente hay un destino, una lógica que seguir. Y casi llego a palpar cuanto masoquismo alberga esa pregunta, cuanto dolor.

¿Por qué necesitamos tantas respuestas? ¿Por qué nos preguntamos tantas cosas?

Casi prefiero no cavilar más. Me retiro, del pensamiento, y de esto a lo que llamáis vida, que no lo es.

Prefiero vivir otras cosas, otras convenciones sociales, otra cultura; que me pregunten que quiero ser de mayor y no ver esas expresiones mediocres al escuchar mi respuesta: 'Feliz, de mayor quiero ser feliz'.

Es tan sencillo como esto, lo que me lleva a la siguiente pregunta: ¿Es la vida un estado?

Estado de ánimo, digo, porque para mi, el lloro desacompasado entre la nostalgia y la melancolía es la muerte del alma.
De esta alma que se pregunta a qué saben los labios después de ser besados con ternura.

Pero aquí se acaban las preguntas, no pienso usar más interrogantes: hay que escribir en esa famosa hoja en blanco.

Actuar o morir.

martes, 25 de octubre de 2016

Piano en soledad.

Indecisión.

Me siento ya vulnerable, relamiento una herida que aún no se ha sufrido: yo los llamo bloqueos. Emocionales.

Los entiendes, y no eres capaz de pararlos. ¿Por qué?
¿Qué le pasa al mundo?  ¿Qué nos pasa a los humanos?

Nos da miedo. Y el medio lleva a la ira: la peor versión de nosotros mismos cobra vida.

Intento convencerme a mi misma para ser valiente, y me pesa un mundo en el pecho.

El aire se me escapa.

Fallo, y vuelvo a intentarlo.

A veces solo parece que pruebe simple suerte, y la meta parece larga: segunda cruz en el pecho. Segundo mundo al corazón.

La sinfonía acaba en un nudo, ¿cómo acabas tú?

lunes, 24 de octubre de 2016

Escudo Humano

Blanco o negro: No, la vida no es así.

A veces confieso que no distingo esa gran variedad de grises que ofrece la vida, se escapan de entre mis dedos, de mi entendimiento.

A veces juraría que es sólo un espejismo. A veces juraría que puedo tocar la venda en mis ojos.

Todos escogen su propio camino, entrelazándose y separándose cuales espirales imperfectas y superpuestas que son; viven de giros, solitarios y en carne viva. Y arremeten con furia contra mis pasos, dejándome entre la espada y la pared.

Sólo me queda cerrar los ojos con fuerza, sin poder mirar al frente, sintiendo ya el frío de la soledad negra con la que me atacan.

¿Cómo puede asfixiar tanto la violencia del mundo?

Espero en tensión el golpe crítico, y no aparece, ¿Por qué alargan la espera? ¡Apreta el gatillo, mundo! No merece la pena la tortura de cuándo llegará el momento.

No lo puedo evitar: La primera lágrima cae.

Siento la brutalidad del final, la escandalosa oscuridad de quienes ven el mundo en blanco y negro. ¿Por qué duele tanto?

Solo dejo caer mi cuerpo y mis ojos y mis lágrimas y mi vida, saboreando el último segundo de estar viva desde la rotura.

Y justo cuando pensaba morir, todo desaparece, ya no estoy allí. ¿Cómo....?
Me pregunto qué pasa y unos ojos se enredan entre los míos. ¿Cómo has podido salvarme así? ¿Cómo has conseguido alejar el abismo de mi?

¿Cómo has logrado encontrarme?

No lo puedo evitar: La segunda lágrima cae. Pero esta vez es diferente, esta vez no impacta contra la tierra, son tus dedos quienes las pliegan y las convierten en vapor.
Sabes exactamente que hacer: porque a ti también te han roto.

Eres justo esa tonalidad de gris que necesitaba

sábado, 22 de octubre de 2016

Vida en el campo

Es nuestro momento de hacer las maletas e irnos tu y yo: viajar a la burbuja donde el mundo no existe.

Poner música y acariciarte. Cerrar los ojos. Suspirar.

Rutinas buenas que no se olvidan, convertir en ligero el pensamiento y la vida.

Y algo que admiro es nuestra forma de convertir en sensaciones el tiempo, la vida en una danza del mecer de las hojas junto al viento.

Desaparecer por un momento de forma brutal y descarada del mundo, sin remordimiento.

Ahí es cuando veo que tan poco libre sois el resto.

Y yo misma, casi la totalidad del tiempo.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Ay.

Ay, ahí:
Justo ahí, empequeñeciendo las espinas y sanando mi propio veneno, revirtiendo el tiempo a escala de una caricia en la mejilla, convirtiéndolo en espiral de delicia.
Pensarte se convierte en sinónimo de paz, sintiendo la guerra en el estómago por dudar en la dulce incertidumbre del haz de luz de una mirada, ajena, que destaca y se convierte en singular. 
Y por ver, veo cada mañana en el espejo mi reflejo sonriendo tímidamente, como si no supiera nada, como si pudiera esconder del mundo aquel beso. Por eso sentirte se hace fácil en tu ausencia.

Y estar contigo es desconocido, es terreno libre por descubrir, por vivir, por sentir, por pensar.

martes, 18 de octubre de 2016

Sé todo siento nada

Sé mi medicina y mi dolor de muelas. Sé el faro que alumbra y sus opacas penumbras. Sé mi despertar y mi quedarme dormida en el sofá.

Sé todo siendo nada.
Mi imperativo, mi subjuntivo. El presente quizás. ¿Quieres rozar un futuro?
Entonces sé libre de mi y esclavo de tus ganas de quedarte, sé un sí: A la vida, a bailar conmigo, a no ser tímido.

jueves, 13 de octubre de 2016

El viento y su silbido

Entre susurros te extraño, entre suspiros te siento.
Eres la rápida ráfaja fría de aire, en otoño, arrastrando cadáveres de flores y malas hiervas. Demonios y ángeles en un mismo saco. Calcinación, destrucción: de lo bueno y lo malo.
La primera letra en una hoja en blanco. El punto y final que se convierte en antónimo y marca un principio, abriendo la brecha entre dos historias: haciendo opaco el destino, oscureciendo las miradas que ya no sienten ni perecen ni cantan ni bailan. Ni nada.
Y te veo, en cada latir de cada extraño, en el pestañeo inconsciente y preocupado.
Y ya estas lejos, y tan cerca, que te busco y no te encuentro cuando te sientas a mi lado... Es tan grande la muralla que al cojerte de la mano siento la caricia helada de fantasmas del pasado.
¿Dónde está tu calor?

Creo que el problema soy yo, esa alma que ya no siente ni perece ni canta ni baila. Ni nada.

sábado, 8 de octubre de 2016

Ansias de volar junto a ti

Me encantaría escribirte en una oda, reflejarte en un lienzo, musicalizar tu voz en una sinfonía, que sea la primera y la última.
Recordarte cada vez que estoy triste,
cada vez que estoy alegre.
Incluso cuando estoy neutral o en punto muerto.
Tenerte sin llegar a poseer nada de ti.
Quererte sin olvidarme ni un momento de mi.
Algo atípico en esta sociedad: algo que sea sano.

jueves, 6 de octubre de 2016

Nada.

Hace tiempo que no siento ni perezco,
hace  tiempo que no estas conmigo,
hace tiempo que no existes,
Hace tiempo que no vives,
Hace tiempo que no,
Hace tiempo.

Mucho.
Mucho tiempo.
Mucho tiempo que busco,
mucho tiempo que no encuentro
mucho tiempo que no me esfuerzo
mucho tiempo que se recicla en tu basura.