jueves, 29 de diciembre de 2016

¿Dónde estás?

¿Dónde se ausenta el calor del verano,...
la furia del otoño? ¿Dónde va la nieve cuando acaba el invierno?

Dime amor, tu que has estado en las cornisas más altas, en los precipicios más desolados, dime, ¿Dónde está aquello que siempre deseé con el alma?

En cada estación parece que quede menos, que se diluya en el tiempo.

Dime amor, por qué cuando te busco te ausentas,  por qué te desvaneces sólo con pensarte.

Yo aquí, torpe y tímida, y tú tan lejos, que se desgarra el alma.

Tú, que bautizaste tus lares como nuestros, tú, que a lo físico le concediste amor, que a las palabras hizo bailar con música.

Dime amor, ¿Cuándo te volveré a ver?

martes, 20 de diciembre de 2016

Incierto y desesperado

Hace tiempo que mis pasos dibujan sendas de pérdida
sobre el lienzo blanco que refleja la noche y la vida
y un futuro rebosante de lugares de antaño.

¿Qué sería de mi?
De mi bruta y tosca vida
Si, incapaz y bloqueada,
viera en tu rostro sendas saladas de soledad... ¿Qué sería de mi?

Me miras y preguntas:

El por qué de tanto
que casi llega a asustar
y temo que rompas en llanto
y yo, ¿si no te pudiera salvar?
y yo, ¿si no te pudiera abrazar?

Abrazar tan fuerte que resultara inaccesible tu rotura.
Salvarte en el último instante, borracha de locura.
Alejar el abismo de ti, enredar tus cabellos entre mis dedos
sólo por besarte una vez más, y otra vez más,...

Me pregunto si sería suficiente.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Eterno.

Cállalo, nunca digas nada.
Nunca reflejes el dolor.
¿Alguna vez has visto un cielo encapotado?
¿Alguna vez has sentido su silencioso pesar? 

Una mezcla de dolor, tristeza y autodestrucción. 

Él lo sufre en silencio.
Súfrelo igual.
Hasta que rompa a llover.
Hasta que te rompas.

Y esto es todo, no hay más. Se nutren del  sinsentido: es su forma de existir. El "crack" a la cordura que sólo busca respuestas en azares enrevesados.

¿Por qué el dolor y la negrura no necesitan razón de ser? 
¿Cómo destruir algo que no tiene origen?
¿Por qué esto no acaba nunca? 

Empiezo a pensar que soy más oscuridad que persona. Más tiniebla que luz. El pincel que pinta de negro las nubes de este cielo.

Y perdura en el tiempo: no veo el día en que se marche y no recuerdo cuando vino. 


¿Siempre estuvo aquí?

¿Siempre estuvo aquí, verdad?

lunes, 5 de diciembre de 2016

Carta a una Desconocida:

26 de junio de 2016
Permíteme que me presente: tal vez ni me conozcas, ni hallas escuchado hablar de mí. Quizás no quieras saber de mi por todo lo que te ha contado. Quizás te sientas superior, o tal vez un poco amenazada. No lo sé, desafortunadamente no hallo ninguna respuesta. Pero permíteme contarte una historia:

Una vez  estuve enamorada, de una persona que a ratos era muy callada, otras muy risueña: Siempre interesante. Despertó en mi una parte que desconocía, y no puedo hacer callar la vocecita que susurra que posiblemente estaría mejor si continuara con su sueño profundo de antaño. Solía pensar en esa persona al irme a dormir, y al despertar, seguía ese hilo de pensamientos. Me hacía feliz el simple echo de pensarle.

Una vez me gritó te quiero, pero yo nunca le confesé mi amor. Y hoy eso sigue doliendo, porque dejó un vacío tan adentro que cuesta creer que es real.
A.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Fisuras

A veces siento que tenso la cuerda, y la tenso, y la tenso,... ¿Cuándo se va a romper? Esas son las bases de mis miedos: ¿Dónde me agarraré cuando ceda la maldita cuerda?

Estoy harta de sacar las alas de emergencia por intentar no estamparme contra la realidad. Porque siempre duele demasiado el motivo por el que tiro con desesperación de la palanca roja. Siempre duele, y me pregunto cuándo cederé yo y me romperé al fin. También me pregunto qué dolerá más: si el vuelo en soledad o estamparse brutalmente, a la larga.

Al fin y al cabo mi suerte maldita hace que sea siempre yo la que se rompa, y el mundo parece intacto. Y lo que más pesa es no divisar en el horizonte un rayo de esperanza. Un rayo de esperanza que no albergue la cruel duda del paso del tiempo.

Quizás por eso esté condenada a buscar algo que no existe. Quizás el tiempo sea la base estable a las dudas, y junto a estas: todo lo que consiga arraigar en ellas. Un sinfín de fisuras a la razón, al corazón,...

Hoy sigo volando alto, y el tiempo y las dudas me acompañan, infectando este cielo azul de malas hierbas, grabando en él una sola pregunta:

¿Cuándo cederá la cuerda?

¿Cuándo?

En mis ojos ya no hay vendas, ya puedo ver mi cruel condena eterna.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Nightmare

Vuelve el vacío, como una neblilla que espera la mínima fisura de la razón. La luz pierde consciencia y cae en el sueño profundo de sudores frios que habitan en el inframundo: monstruos fusionandose con la más cruel realidad. Mezcla perfecta a la locura desesperada. ¿Dónde está el lugar seguro del que tanto he oído hablar?
Miro alrededor y lo veo cambiante, con un sólo denominador común: la soledad. A veces lo veo como si estuviera en un desierto grisáceo, otras, es simplemente una oscuridad densa y pegajosa. La humedad impide que el respirar cumpla su función, y solo me ahogo, me ahogo...
Pierdo control del cuerpo, y este cae, y cae, y cae hasta estamparse entre la densidad de los malos pensamientos reinados de miedo.
¿Dónde está mi calor?

domingo, 20 de noviembre de 2016

Conexión

Ay que me muero;
Y no es de dolor, ni de anhelo.
Son tus ojos al brillar, junto a faros de destino: donde todo coexiste en un solo punto.

En la espuma de mar, dulces mentiras fugaces llacen sin vida y solo quedan las verdades, que se funden como se funde la luz al abrir tus suaves párpados... Y lo culminan todo de vida al cruzarse con tu alegría. Eres mi primavera, mi estación favorita.
No se cuantos días tiene, o cuantos le quedan, pero sí que todo puede salir bien, que el mañana aún no está escrito.
Y pinto tu inicial en un folio en blanco: así todo parece más bonito.

Despiertas en mi luces que nadie había prendido: por eso tiemblo cuando me deleito de mi suerte de estar contigo, porque el sueño de vivirlo se me hace grande.

Eres lo mejor: bonito del alma a mi.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Concreto, propio y particular.

Danzar sobre la vida al compás de la sencillez, qué más, si es eso: movimiento de cadera y a por la movida siguiente.
Por eso pienso que la vida es circular, por eso me muevo de forma concéntrica. Alrededor de qué, te preguntarás, no lo se, también sigue su propio curso mi universo particular.

Sólo pocos son capaces de ver la vida así. Quizás no sea por ignorancia, porque qué es la vida si no subjetiva en casi su totalidad. Millones de ojos, millones de formas de ver, de interpretar, de respirar. De danzar sobre los resbaladizos lienzos del tiempo. 

Guiarse por el azar concreto lo llamaría yo. Qué más. Azar concreto, propio y particular.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Maldita

El desgarro, maldito desgarro: el corazón no entiende de treguas.

Manos atadas, ojos y boca privados del sentido con vendas. ¿A qué lugar espero llegar de esta forma?

Siento mi alma atada a la tuya, y no soy capaz de ver si me estas dejando ir como un globo abandonado en una feria infantil.

Pero me observas, me besas, me mimas.

¿Qué más necesito?

Eres justo lo que buscaba, pero la distancia convierte en nulo mi buen juicio.

¿De dónde saco la fuerza para ser valiente y confiar en que todo irá bien? ¿Dónde están esos cojones que tanto necesito echarle a la vida?

Juraría que mi mente es mi peor cárcel.

Lo sé.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Actuar.

Me hablan de la vida, como si entendiesen de ella.Y están tan perdidos como yo.

He encontrado a gente por el camino que también comparte mi dolor, y de sus labios salen mis palabras: 'Nada tiene sentido'. Y es que, quizás, buscarle el sentido no merece la pena.

De vez en cuando me suelo preguntar si
existe la certeza de que realmente hay un destino, una lógica que seguir. Y casi llego a palpar cuanto masoquismo alberga esa pregunta, cuanto dolor.

¿Por qué necesitamos tantas respuestas? ¿Por qué nos preguntamos tantas cosas?

Casi prefiero no cavilar más. Me retiro, del pensamiento, y de esto a lo que llamáis vida, que no lo es.

Prefiero vivir otras cosas, otras convenciones sociales, otra cultura; que me pregunten que quiero ser de mayor y no ver esas expresiones mediocres al escuchar mi respuesta: 'Feliz, de mayor quiero ser feliz'.

Es tan sencillo como esto, lo que me lleva a la siguiente pregunta: ¿Es la vida un estado?

Estado de ánimo, digo, porque para mi, el lloro desacompasado entre la nostalgia y la melancolía es la muerte del alma.
De esta alma que se pregunta a qué saben los labios después de ser besados con ternura.

Pero aquí se acaban las preguntas, no pienso usar más interrogantes: hay que escribir en esa famosa hoja en blanco.

Actuar o morir.

martes, 25 de octubre de 2016

Piano en soledad.

Indecisión.

Me siento ya vulnerable, relamiento una herida que aún no se ha sufrido: yo los llamo bloqueos. Emocionales.

Los entiendes, y no eres capaz de pararlos. ¿Por qué?
¿Qué le pasa al mundo?  ¿Qué nos pasa a los humanos?

Nos da miedo. Y el medio lleva a la ira: la peor versión de nosotros mismos cobra vida.

Intento convencerme a mi misma para ser valiente, y me pesa un mundo en el pecho.

El aire se me escapa.

Fallo, y vuelvo a intentarlo.

A veces solo parece que pruebe simple suerte, y la meta parece larga: segunda cruz en el pecho. Segundo mundo al corazón.

La sinfonía acaba en un nudo, ¿cómo acabas tú?

lunes, 24 de octubre de 2016

Escudo Humano

Blanco o negro: No, la vida no es así.

A veces confieso que no distingo esa gran variedad de grises que ofrece la vida, se escapan de entre mis dedos, de mi entendimiento.

A veces juraría que es sólo un espejismo. A veces juraría que puedo tocar la venda en mis ojos.

Todos escogen su propio camino, entrelazándose y separándose cuales espirales imperfectas y superpuestas que son; viven de giros, solitarios y en carne viva. Y arremeten con furia contra mis pasos, dejándome entre la espada y la pared.

Sólo me queda cerrar los ojos con fuerza, sin poder mirar al frente, sintiendo ya el frío de la soledad negra con la que me atacan.

¿Cómo puede asfixiar tanto la violencia del mundo?

Espero en tensión el golpe crítico, y no aparece, ¿Por qué alargan la espera? ¡Apreta el gatillo, mundo! No merece la pena la tortura de cuándo llegará el momento.

No lo puedo evitar: La primera lágrima cae.

Siento la brutalidad del final, la escandalosa oscuridad de quienes ven el mundo en blanco y negro. ¿Por qué duele tanto?

Solo dejo caer mi cuerpo y mis ojos y mis lágrimas y mi vida, saboreando el último segundo de estar viva desde la rotura.

Y justo cuando pensaba morir, todo desaparece, ya no estoy allí. ¿Cómo....?
Me pregunto qué pasa y unos ojos se enredan entre los míos. ¿Cómo has podido salvarme así? ¿Cómo has conseguido alejar el abismo de mi?

¿Cómo has logrado encontrarme?

No lo puedo evitar: La segunda lágrima cae. Pero esta vez es diferente, esta vez no impacta contra la tierra, son tus dedos quienes las pliegan y las convierten en vapor.
Sabes exactamente que hacer: porque a ti también te han roto.

Eres justo esa tonalidad de gris que necesitaba

sábado, 22 de octubre de 2016

Vida en el campo

Es nuestro momento de hacer las maletas e irnos tu y yo: viajar a la burbuja donde el mundo no existe.

Poner música y acariciarte. Cerrar los ojos. Suspirar.

Rutinas buenas que no se olvidan, convertir en ligero el pensamiento y la vida.

Y algo que admiro es nuestra forma de convertir en sensaciones el tiempo, la vida en una danza del mecer de las hojas junto al viento.

Desaparecer por un momento de forma brutal y descarada del mundo, sin remordimiento.

Ahí es cuando veo que tan poco libre sois el resto.

Y yo misma, casi la totalidad del tiempo.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Ay.

Ay, ahí:
Justo ahí, empequeñeciendo las espinas y sanando mi propio veneno, revirtiendo el tiempo a escala de una caricia en la mejilla, convirtiéndolo en espiral de delicia.
Pensarte se convierte en sinónimo de paz, sintiendo la guerra en el estómago por dudar en la dulce incertidumbre del haz de luz de una mirada, ajena, que destaca y se convierte en singular. 
Y por ver, veo cada mañana en el espejo mi reflejo sonriendo tímidamente, como si no supiera nada, como si pudiera esconder del mundo aquel beso. Por eso sentirte se hace fácil en tu ausencia.

Y estar contigo es desconocido, es terreno libre por descubrir, por vivir, por sentir, por pensar.

martes, 18 de octubre de 2016

Sé todo siento nada

Sé mi medicina y mi dolor de muelas. Sé el faro que alumbra y sus opacas penumbras. Sé mi despertar y mi quedarme dormida en el sofá.

Sé todo siendo nada.
Mi imperativo, mi subjuntivo. El presente quizás. ¿Quieres rozar un futuro?
Entonces sé libre de mi y esclavo de tus ganas de quedarte, sé un sí: A la vida, a bailar conmigo, a no ser tímido.

jueves, 13 de octubre de 2016

El viento y su silbido

Entre susurros te extraño, entre suspiros te siento.
Eres la rápida ráfaja fría de aire, en otoño, arrastrando cadáveres de flores y malas hiervas. Demonios y ángeles en un mismo saco. Calcinación, destrucción: de lo bueno y lo malo.
La primera letra en una hoja en blanco. El punto y final que se convierte en antónimo y marca un principio, abriendo la brecha entre dos historias: haciendo opaco el destino, oscureciendo las miradas que ya no sienten ni perecen ni cantan ni bailan. Ni nada.
Y te veo, en cada latir de cada extraño, en el pestañeo inconsciente y preocupado.
Y ya estas lejos, y tan cerca, que te busco y no te encuentro cuando te sientas a mi lado... Es tan grande la muralla que al cojerte de la mano siento la caricia helada de fantasmas del pasado.
¿Dónde está tu calor?

Creo que el problema soy yo, esa alma que ya no siente ni perece ni canta ni baila. Ni nada.

sábado, 8 de octubre de 2016

Ansias de volar junto a ti

Me encantaría escribirte en una oda, reflejarte en un lienzo, musicalizar tu voz en una sinfonía, que sea la primera y la última.
Recordarte cada vez que estoy triste,
cada vez que estoy alegre.
Incluso cuando estoy neutral o en punto muerto.
Tenerte sin llegar a poseer nada de ti.
Quererte sin olvidarme ni un momento de mi.
Algo atípico en esta sociedad: algo que sea sano.

jueves, 6 de octubre de 2016

Nada.

Hace tiempo que no siento ni perezco,
hace  tiempo que no estas conmigo,
hace tiempo que no existes,
Hace tiempo que no vives,
Hace tiempo que no,
Hace tiempo.

Mucho.
Mucho tiempo.
Mucho tiempo que busco,
mucho tiempo que no encuentro
mucho tiempo que no me esfuerzo
mucho tiempo que se recicla en tu basura.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Ojalá.

El universo se comprime de forma introspectiva y lenta, olvidándose del resto del mundo hasta que solo haya espacio para dos personas. Casi grácilmente, el terremoto y la paz  arremeten contra la línea temporal, haciéndola caer en el olvido: reduciéndola  a banalidad.
Me preguntas qué es la vida, su sentido, yo sólo sonrío. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntale a los sabios, a los que han vivido mil vidas sin tiempo a desconectar desde el aprecio. Esa gente serena y madura que vive a línea fija: cada uno te responderá su punto de ver, desde sus conocimientos. Y caerás en las dudas al hallar inclusive antónimos radicales que te hagan dudar de la existencia del orden que hay que escoger para andar de forma recta hacia la meta.
Te quedarás algo parecido a extrañado, sin sabor en boca. Entonces yo te diré que para qué pensar, para qué intentarlo. Insistirás, y yo sólo podré responder que en este momento para mí sólo existimos nosotros dos, y ¿lo demás? Lo demás viene después.
Casi llego a imaginarte con una media sonrisa, bajando la mirada.
Continuaré hablando y a fuerza de imaginación casi te confesaré que la vida es de particularidades sinónimas de azar: puedes creer en el destino o puedes no creer, celebrar el libre albedrio o negarlo, decir que está escrita en cualquier parte o que somos animales destinados al mismo bucle que se repite hasta la saciedad.  Sea lo que sea, lo único que puedo afirmar es que el mañana es un desconocido para todos.

Y lo único de lo que estoy segura es que ahora estás aquí, y es suficiente para mí.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Cruento

Respirar el desconsuelo,
andar sin la gracia del baile.
Caer, entregarme al subsuelo
echar raíces en sangre
y que no sea en balde.
Mirarte y estado intermedio.
Que no se va, que no viene:
Invade el miedo como remedio:
¿A qué? ¿A caer? Estado demente
Cae el cuerpo y cae la mente.
Todo hecho a medias mentiras
calzando pies sinónimo de austero.
Mis idas y venidas, tus huidas,
A veces viceversa, y severo:
Sin tiempo a peros, sin cuentos,
que perecen en la misma pausa
de dejar de ser por existir y ver
de respirar por intentar pautar
el delirio desecho de nuestro ser.
Rezar contrapronóstico de creer
que no se acaba el tiempo
o buscar el antónimo radical
que inunde este tosco cuerpo
y lo mate y le devuelva la vida
A la par, y que sea real.

lunes, 19 de septiembre de 2016

Patrón de Bucle.

Agárrarme la vida, desgárrame el alma, la garganta, déjame desnuda a desconsuelo. Encierrame entre alas, esas que cortan como el filo de tu mirada ausente, opaca. Hoy seré ejemplo solitario de noches en vela, contemplando la luz, la esperanza, a lo lejos: desde el rincón clausurado a la vida. Desde el desprecio, el desdén.
Hallar la crueldad en busca de misericordia es caer de bruces contra tu triste realidad, la que surje de respirar a tu compás, la danza de nada es lo que parece, la que consume el oxígeno que intento respirar, el suspiro que intento contener.
¿Cuántas veces habré gritado desde el silencio, cuántas veces habré arañado las paredes sin moverme..? Sangrado sin ver el rojo, caído hasta estrellarme sin ningún rasguño.
Que impotencia al no hallar la cura, al no divisar el camino que habría de andar para perderte la pista, para ahogar recuerdos en una última lágrima de cristal, que rompe con el destino y desaparece.
El pasado, pisado, dicen, pero yo no cometo errores ni dejo intacta la piedra con la que tropiezo: es mejor liberarse y lanzarla lejos, desprenderte del bucle.

Te echo de menos, vida.

Esperanza

A veces no se cómo manifestar lo que llevo dentro, lo que siento. Y justo hoy percibo la armonía en la vida: es precioso, culminante; como cuando te embriaga la dulce fragancia del jazmín en una noche de verano, o como levantar la vista al cielo estrellado y sentir la ausencia de preguntas trascendentales e hirientes. 
Esa sensación es como unas vacaciones a los problemas, a las dudas, a todo aquello negativo que te quema la vida.

Y es costoso llegar a este punto, pero es lo mejor.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Máscaras

Tu mirada delató aquel frío tan amargo,
el complicado zig-zag del que no hablan
los convencionales cuentos de antaño:
Esos que nos cuentan desde la infancia,
esos que nos empujan al amor insano.

Ahora solo hay jóvenes codiciosos
que esconden intenciones tachadas,
Vistiéndose de príncipe azul: todos locos.
Reprimiendo la vida, censurando el habla.
Todo en paralelo y un plan en marcha.

Odiar deseos y el cuerpo que los alberga,
odiar exponerse al mundo sin miedo,
odiar la independencia: odiarlas a ellas.
Sociedad machista, sociedad de egos.
Y además, odiado si paras, y piensas.

Me das pena: tu y tu forma de llevar
los instintos más básicos al infierno.
Condenarlo: convertirme en presa.
Convertir palabras en cadena de hierro,
al precio de consumirte como una vela.

Pero aquí estoy, sigo siendo libre.
Aprendí a esquivar todas las balas:
Palabras insanas de peor calibre
que sus pensamientos de anciana
temerosa de dios, que sin vida vive.

Al menos aquí estoy, aquí me tengo.
Y si quieres hablamos de amor,
pero cuidado con encender el fuego
y acabe por mostrarte mi corazón:
El de mi mano, en tu boca, cabrón.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Final Abierto

Tristeza contenida del universo:
totalmente acomparable
a una lágrima, a lo lejos,
que se funde entre mares
incompletos, a medios besos
de dos amantes que pierden
la luz y la esperanza
que a media voz desmienten
rompiendo con la balanza
entre verdad y mentira
el canto y el llanto:
La caprichosa fantasía
de que el final en manto
atemporal se transformaría.
Pero no, se equivocaron.
Nunca fue suficiente.
Aunque si lo soñaron,
que el tiempo gracilmente,
se reconstruyera a pedazos.
Y se quedaron inmersos
entre beso y despedida
a la voz de dos versos
jurando que amanecería
con sabor a primer beso.
Pero la realidad arremete
contra sentimiento y alma
para quedar, de repente,
congelado, y sin causa
de pausa: eternamente.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Constantes variables.

Que te quedes, o te vayas,.. ya estoy sentenciada.
Te bajo la fría luna y no eres capaz de captar la esencia de nuestra vida para inmortalizar fugazmente tu nombre junto al mío, bañándolo en plata.
Que cruel desprecio el no aprecio, que cruel destino la ausencia de caminos a doble fila.
Ya no importa que detenga el tiempo entre susurros cuando a ti van dirigidos. Porque eres tú el culpable de que viva en un estado constante de variables. Entre fuego y el hielo: estado intermedio. En pausa mientras el tiempo se agota a favor de las sombras, intentando desvelar un enigma que se disfraza de presente, que recorre y deja marcado un ayer que a la vista se esconde, a pesar de ser opaco y funesto.
Que ironía tan macabra la mentira que albergas, porque contra todo pronóstico es así como se desprende tu máscara y puedo verte de verdad. Puedo ver la verdad. Maldición y bendición, a la par, la doble cruz a mi cordura. Quererte y querer olvidarte a la vez.
Pero lo que más me duele es que sin esfuerzo, mis dedos ya no buscan la comisura de tus labios, y duele más el no sentir de lo esperado, sobrepasando líneas de razón y lógica.
E intento agarrarme a un clavo ardiente, pero sólo noto el metal que se funde para luego quedarse helado y deformado: No ha luchado, sólo se ha adaptado en silencio y con resignación.

Tal vez la vida, a veces, es un poco así: adaptarse o morir, adaptarse o sufrir.

Ritmos de antaño.

Un día mirarás atrás y contemplarás mi huida, y entre todos mis errores estarás tú, mi amor.
Puede que no quisiera comprender mis ansias de volar, buscar un camino hacia la paz y hacia la guerra, a la par.
Un día mirarás atrás y comprenderás que todos mis errores fueron libertad de elección.
No fui perfecta ni justa, no pude pensar, no me puedo arrepentir.

lunes, 29 de agosto de 2016

Paja Mental

No son muchas veces las que pienso en acabar con esta agonía: la vida misma me quita las ganas de querer continuar el camino. Y no es más que este sistema tan irremediablemente complejo el que me hace pensarlo y ponerlo sobre la mesa.

Y quiero llorar: porque no me esperaba que todo fuera tan asquerosamente enrevesado.

Quiero cortarme las venas, emborracharme hasta no recordar ni mi nombre. Darme contra la pared un millar de veces.

Pero es jodido: porque se que mañana todo será mejor. Todo irá mejor. Aunque no le encuentro el motivo y las razones brillen por su ausencia.

Y aquí me debato, entre vivir y morir. Y siempre elijo vivir, quizás por masoquismo, nunca por cobardía.

Pero esta noche juro que lo mandaría todo a la mierda dándome una segunda oportunidad lejos de convenciones sociales.

Y lo que realmente me jode, es que si el humano fuera más humano, toda esta palabreria nunca hubiera salido de mis dedos.

"Lo aborrezco"

Por que no hay nadie
cuando las lágrimas florecen.
Y la paz hundida, porque arremete
contra fantasmas de piel
y palabras en labios que no merecen.

Arrastras las tenues penas
que a la noche crecen con creces
y sigues pensando que no merecen
tus pausados pasos en soledad
sin llegar a ser, ni parecer.

Por que al fin y al cabo
solo eres una persona más
que grita ¡Ya basta!
Incluso lo pides por favor,
para no morir una vez más:

Entre labios de hielo,
sueños que nunca llegan
fantasmas que desesperan
pájaros que no alzan el vuelo
y la sonrisa que alberga pena.

sábado, 27 de agosto de 2016

Ella: la vida.

Puertas que se cierran,
amaneceres tenebrosos,
vientos rocosos,
palabras inciertas,
y ojos borrosos.

Todo esto tiene en común
tu persona y la mía:
al fundirse en la vida
y llenarla de plenitud
falsa, pobre y fría.

Cortas con el tiempo
alzando tus alas,
desprendiendo el alma
gritando en silencio
aquello que te mata.

Preguntas a los astros
qué hay en ti,
qué buscas en mi
qué fue del pasado
y a donde vas a ir.

Si el camino es incierto
y al futuro parece
que no le mereces,
y te quedas a destiempo
y veo como desvaneces:

Entre la luz y las dudas,
entre mis brazos enredados
y tus ojos quebrados
por tristes luchas
que se funden, esperando:

La victoria y la vida
la luz y la verdad,
palabras de piedad.
Pero ella no olvida
Y se pierde en la oscuridad.

martes, 23 de agosto de 2016

Desdén

Noches de luna decreciente,
como amores pasados,
que se destinan cruelmente
y casi descompasados,
al propio destino de la muerte.

La muerte del alma
que se cernía sobre el cielo,
buscando la grácil calma
desecha a desconsuelo.
Y el todo no le basta.

A silencios destruida
y caída en gracias falsas
busca en miles de salidas
la liberación de palabras
que quedaron sin vida.

Y se desliza por inercia
a enrevesados sueños,
sintiéndose siempre vacía,
y entre un millón de cuentos
casi llegó a pensar que huiría.

Pronto recuperó el aliento
para suspirar con desdicha,
¿Cuándo llegará el momento?
Se pregunta por si alivia
y arremete contra el fuego.

Con los dedos suele contar
cuántas veces ha perdido,
y se pierde sólo por pensar
entre el futuro y lo vivido
y se corta en balances de cristal.

Pierde un millón de batallas,
gana muchas veces soledad.
A veces casi pierde el alma
por no poder parar de pensar
entre la tempestad.

Y aquí se le acaba
el aliento y la vida.
Se va sin poder hablar,
sin gritar que quizás podría,
que quizás volvería.

martes, 16 de agosto de 2016

Una pequeña historia

Besos desacompasados y promesas de sal: dulce mentira fugaz. Y, ¿quién fui yo para negarme? Preso estaba el no, y la llave en el trasfondo de tu sonrisa: la que me acabé por resolver.

Tristes noches las tuyas, esas que llenabas de soledad hiriente y lágrimas de cocodrilo. Siempre lamentándote, siempre relamiendote las heridas. Aunque al salir a la calle allí estaba tu fiel sonrisa esperándote, y ahí es cuando yo te veía.

Te tendía una mano y recorrimos el mar, la arena, el tiempo, de aquí para allá. Siempre tan perfecto, siempre tan vivo, siempre la vida de color azul y olor a cielos de cuento.

Pronto atisbé en tu mirada el sentimiento reacio a seguir más adelante de aquella playa, empequeñeciendote el mundo, alzando muros en tu castillo de arena.

Yo sobrepasaba esas murallas de mar  y al girarme te miraba extrañada, ¿cómo alguien como tú podía estar tan preso de si mismo? Y daba un paso hacia atrás e intentaba arrastrarte conmigo, y en vano forcejeaba contra algo inmóvil. Era cuando más te asemejabas a una estatua sin vida, a una máscara sonriente que escondía un sinfín de nada y más nada.

Me rendía y me sentaba a tu lado, en silencio, y parecías volver a ser feliz.

Me di cuenta de la diferencia de ser y parecer: y tu no eras. Aunque lo fuiste, y por eso te quedabas inmóvil en zonas donde realmente la felicidad te inundó el corazón y te colmó de vida. Y creías poder estar en pausa eternamente, e incluso creías conseguirlo.

Que engaño tan cruel el tuyo: mentirse a uno mismo. Que cárcel tan profunda.

Decidiste vivir la mentira, y yo decidí buscar la verdad en otra parte del mundo.

Y así acabo el misterio de tu sonrisa: comprendí que no se puede salvar a quien no quiere ser salvado, que no se puede amar a quien no puede amarse a si mismo, que vivir de recuerdos buenos siempre atrae a las sombras y al pesar.

Y es que, él no sabía que vivir en el pasado te deshace, por siempre.

miércoles, 10 de agosto de 2016

La Coraza.

La verdad se derrite: oscurece el pensamiento, quedando opaco.

Escapan los suspiros como escapan los pájaros de jaulas rotas, y se encierran las palabras como se encierra la sociedad en bares de soledad.

Quisiera que me brindaras un atardecer, una mirada,... Pero todo quedó sumiso al destino, un destino con la palabra nada tatuada en lo más hondo. ''¿Sabes? No volvería a cometer los mismo errores'' y esa es la mentira que me cuento, con la que quisiera deleitarte. Pero si retrocediéramos, si volviéramos a empezar, apostaría el alma a que nada cambiaría: porque nunca fue real.

Desearía decir que fui sincera, desearía,... pero nunca pude brindarte la calidez de mis pensamientos, enseñarte mis cicatrices y contagiarte la risa con aquello que me hizo feliz. En esencia, lo que me entristece, es que nunca dejé que me conocieras.

En esencia, lo que me entristece, es que nunca dejo que me conozcan.

lunes, 1 de agosto de 2016

Antónimo de Hogar

Dime cuál es el sentido
de las agujas del reloj,
de la espera abatida
que no encuentra lugar mejor,
ni camino de huida.

Nutres el sinsentido
y apagas todas las luces
de vida y de pensamiento.
Dejas a oscuras mil cruces
que afloran des del frío.

Dime cuál es el sentido
de mil y un besos al alba
y tus secretos al oído,
si al despertar acaba
y ya no estás conmigo.

jueves, 28 de julio de 2016

El baúl de los recuerdos.

A veces pienso "el mundo me está ganando las batallas".

Y me creo mis propias palabras, hallo la veracidad, encuentro las razones,...

No se cuanto tiempo lo llevo sabiendo. No se cuantas señales he dejado escapar. No entiendo el motivo, ni se en que momento decidí aquello: lo se sin saberlo, pienso que la razón de mi autoengaño es evitar un daño, pero sólo me estoy guiando a uno de mayor calibre.  A un sinfín de callejones, y todos parecen iguales, y cuando hecho la vista atrás me doy cuenta de que ya estoy muy adentro del laberinto, muy perdida.

A veces pienso que debí quedarme en el pasado. Ese deseo por que pasara el tiempo fue mi sentencia a este vacío interno que se repite, que se multiplica y brilla por su simplicidad y sencillez, por su poca personalidad y diversidad. Es una línea en un folio en blanco, en varios folios en blanco, y siempre es lo mismo: siempre el mismo patrón lineal absurdo y condenado al bucle.

"A veces pienso que debí quedarme en el pasado". Me aborrezco diciendo esa frase, me repulsa. Y es cuando entiendo que no añoro tiempos que llegaron al fin, si no más bien quien fui: ¿Qué fue de mis principios, de mi forma de vivir?

Eso es lo que añoro.

martes, 26 de julio de 2016

Sendas a la Vida.

Miles de noches escribí largas cartas a la luna acrecentando la proclamación de deseos mundanos que pecaban siempre de ser efímeros, que transgedían leyes impuestas de condición humana y a la vez daban en el clavo: nuestra doble naturaleza.

Hoy ya no me siento capaz, no cuando la vida te enseña el valor de lo que no podemos tocar, lo que no podemos poseer: una sonrisa a media luz de luna, un parpadeo de verano reflejo de la sencillez cálida. Una caricia sincera.

Me rompías y arreglabas a la par, y tarde comprendí que ningún ser alberga esas dos cualidades: perteneces a un bando o a otro. Eres el hielo o el fuego, pero nunca ambos al mismo tiempo, ni en la misma vida si me atrevo a aventurar.

Destruí todas mis palabras de reclusión por promesas de libertad, mezclado con un adiós de mis labios. Todo ello fruto de mi inocencia y tu perversidad.

En vano me guíe por instintos que antaño me llevaron por tus caminos, y me repugnaba el olor de aquellas flores y los amaneceres desolados. ¿Cómo encontrar otro horizonte si no había destruido aquella parte de mi? Esa que me condujo hacia tus dedos entrelazados entre mis cabellos y promesas que eran sal a mis heridas.

Cambiar. Había que cambiar.

No cambiar y llegar a ser quien era antes. No cambiar simples gestos ni palabras.

Más que cambiar, renacer. Muy lejos de tus garras, muy lejos de la maldad que habita en este mundo.

lunes, 25 de julio de 2016

Nos Falta el Fuego.

Eres fuerte y renaces como ave fénix tras la batalla. Eres alegre y brillas cegando al sol con tu sonrisa. Eres pacífico, grande: eres la roca y el agua.

Yo soy más como el viento y la tierra. Soy rápida en la huida y a la vez soy ese lugar al que llamar hogar.

Tu eres la línea recta y yo soy el zig-zag que te marea. ¿Qué ves en mi? Me pregunto. Y me debato sobre quién gana esa silenciosa batalla interna tuya: tú cuerpo o tu alma. Al no hallar respuesta me pregunto ¿Qué buscas? Y cabilo una multitud de respuestas, buscando la evidencia que desvele la verdad. El resultado es un sinfín de posibilidades. Entonces se desata la tercera pregunta, ¿Quién eres?

Y acto seguido, la cuarta: ¿Quién soy?

viernes, 22 de julio de 2016

Alma soñadora

Ojalá fundirme por última vez en los susurros que se lleva el viento, en las penas que sana la lluvia. Entre el sol y la luna, entre el rechazo y la lucha. Entre la victoria y la consciencia.

Mis pasos dibujan una senda enrevesada de curvas suaves y eléctricas: allá donde piso, algo se marchita. La vida por la muerte, la muerte por la vida: y crecen otro tipo de silvestres flores. Incluso creo sentir otro tipo de aire, otra brisa: otro mundo. Otro yo, uno más fuerte y ágil al emprender la huida.

La vida por la muerte, lo bueno por lo malo, ¿no?

Pero sigo esperando algo cruel, que desgarre el alma al compás de la tormenta electrica, y alzo las manos para rozar el cielo con las llemas de los dedos, y sólo siento la paz que arremete dulcemente contra mi cuerpo.

Dulcemente, contra mi cuerpo: como tus caricias.

Pero me deslizo entre tus dedos, me esfumo antes de que sueltes el aliento. Y me preguntas: "¿Quién eres?"

Pero yo ya he huido entre risas: "Ya no soy nadie, soy el agua que se escurre entre las montañas, el viento que mece las hojas... Que escapa como se escapa el tiempo de entre tus manos."

viernes, 15 de julio de 2016

Viaje a la vida.

Caí en la cuenta de que estaba presa de mi propia moraleja justo en aquel instante,  cuando la felicidad parecía florecer de forma tenue y esperanzada.

Cuando las cosas van viento en popa  todo parece víctima de un hechizo temporal donde sólo existe el presente, y el futuro son solo charlas ambiciosas de sábado noche o de un miércoles de café por la tarde:
"Y justo en ese momento miras la calle tras el cristal. Tu eres el que da vida a un reflejo de cara pensativa que remueve un café. Desde fuera un desconocido pasará con prisas camino del trabajo. Por un segundo vuestras miradas se cruzarán y entonces es cuando se preguntará: ¿Qué le afligirá tras esa sonrisa coraza? Es solo el triste reflejo de la farsa"

Es miércoles tarde, obviamente, de esos que se llenan de charlas que se ocultan tras términos como "trascendental" e "importante".

Y al final, todo se reduce en respirar. Respirar y luchar. Porque los planes implican control, y el control siempre será una falacia a términos reales.

Desconocido, esa es la respuesta a tu pregunta. Me exigen control, y no podemos dominar todas las variables que pecan de abusar del azar, ¿Por qué no nos tomamos la vida más en serio? Me refiero a vivir el día a día. No hacerlo es suicidar las sonrisas, negarnos el camino del bienestar. Es derretirse en la velocidad. Siempre con prisas por llegar al mañana, para que cuando llegue ese momento solo pensar en el siguiente. Nunca parar. Nunca disfrutar.

Yo prefiero tirar de palanca de freno, bajarme de este coche y respirar. Estirar las piernas. Vivir.

martes, 12 de julio de 2016

Inexistente

A veces te escribo en una mueca, que se hunde en los labios. Otras veces, juro que te veo en cada lágrima, incluso en la de desconocidos:
Ahí estás, en todas las penas, en cada una de ellas, como si fueses el reflejo. Aunque nunca supe si eras la imagen o el espejo.
Despegarme de ti fue llevarme esa conciencia: tu dolor en cada parte del mundo, en cada rincón habido y por haber.
Ha pasado tanto tiempo que invertí el rol de pensamientos, personifiqué el dolor, la negrura y la autodestrucción con tu persona, apoderándose de tu conciencia. Y no fue por capricho: muchas veces me pregunte si había algo más ahí dentro, en tu interior, que no fuera eso. Y bueno, solo te puedo decir que me sobraron varios dedos de la mano contando tus alegrías, o cada vez que simplemente sonreías distraidamente.

Estás desecho, hasta los cimientos: Ya no queda nada de ti, ya no queda nada de nosotros.

jueves, 30 de junio de 2016

Desgarros

Me he abierto más veces de corazón que de piernas, ¿o al contrario? Es que ya no recuerdo. Solo se que estoy marchita por dentro, e intacta por fuera.

He abrazado almas extraviadas que buscaban no romperse, he hecho mío dolores ajenos, incluso puse mi corazón a merced del destino y de los vientos: lo dí todo por amor.

¿Para qué? Ahora me encuentro cansada, fumando en un porche, contando los segundos, matando las horas. Todo en soledad. Todo por ser una niña idiota que pensó que el mundo era un lugar seguro. Incrédula fui. Todo por creer que el amor a los demás era ley de vida.

En cambio se que hoy, no hay nada más firme que el amor por uno mismo. Que ya no me queda nada más que no sea mi persona: a veces es suficiente, otras, amargo.

Y creo que no hay nada más ahí fuera, que no hay alguien con la cabeza baja, fumandose un cigarrillo, mientras espera a que le encuentre, contando los segundos, matando las horas. Es irónico, porque describo mi propio reflejo: llevo demasiado tiempo buscándome cuando me tengo aquí mismo. Y no he sabido verlo. Porque siempre creí que esa persona no era yo: era alguien que venía a salvarme de mi propia miseria.

Que pena no haberme dedicado todo el tiempo que perdí con gente vacía y perdida.

Y aún así, sigo teniendo la esperanza de encontrar unos labios que lleven consigo una mano amiga y un corazón que no se atreva a hablar en vano. .

Pero aquí estoy, aquí me tengo, aunque esta noche parece que eso no sea suficiente.

viernes, 24 de junio de 2016

Rota la Vida.

Tengo el alma rota, el corazón roto, los pensamientos rotos, el cuerpo roto.
Rota la vida.
La mente en una pausa inexistente que se repite en bucles, en espirales de palabras que a veces no se unen las unas con las otras: que no tienen sentido, que carecen de nexo logico. Y a la vez tienen tanta razón, tanto peso, que me arrastran, y yo araño las parades, los cristales, el agua, el viento, tu aliento, pero sigo cayendo hacia abajo: hacia las profundidades, la negrura, las tinieblas, las noches que se disipan perdidas en el tiempo. ¿Alguien las encuentra? Yo no. Perdí la cuenta y la pista.
Segundos, minutos, horas,... ¿Qué más dará? Es lo mismo: como un plano donde el tiempo no es más que un mero número que nadie mira, al que nadie le da importancia. Un número que todos detestan, que todos temen.
Y yo solo pienso y pienso, mientras me ahogo, quemo, congelo, muero, vivo. Mientras existo. Mientras pueda seguir respirando la lluvia, el sol, las nubes, el viento, la vida y la muerte.
Y siento que ya no queda nada: la desolación florece, la ausencia vive.
Y en ti, en ti veo el mismo dolor que inunda el iris de mis ojos, las comisuras de mis labios e incluso mis gestos. Y muero, muero una vez más, porque por primera vez siento cuán real puede llegar a ser el dolor, y como se ve una persona envuelta por sus propias tinieblas.
Que desagradable ver tu alma rota, tu corazón roto, tus pensamientos rotos, tu cuerpo roto.
Rota la vida.
Te veo y me veo en tu desconsuelo, en tu tortura, en tus monólogos internos, y me pregunto si tu eres capaz de ver lo mismo en mi, si el mundo es capaz de verlo como yo lo veo. Si es tan fácil como parece esconder el pesar y el daño, o si solo nos engañamos para creernos más fuertes, para creernos bajo control. Para creernos la mentira que contamos al resto y escondernos en nuestra propia rotura. Para alejarnos del mundo.

miércoles, 22 de junio de 2016

Lucha en Silencio

Recuerdo las caricias de seda, los amaneceres de unos pies entrelazados, las risas acompañadas por un café que marcaba el contraste amargo. Y por un instante vuelvo a revivir el momento en el recuerdo, en esa cajita que rompe cadenas espaciotemporales, en ese lugar donde seguimos vivos. Cierro los ojos e incluso puedo sentir el sabor de unos labios ausentes, el tacto de unos cabellos desaparecidos, el olor extraviado, el amor evaporado. Mis respiraciones marcan gritos desolados, gritos que nadie oye, gritos en silencio.

Siempre quise volver a ese lugar, recuerdo sueños de antaño donde junto a ti, el mundo era mio. Nuestro. Y no había miedo, ni negrura, ni guerras y luchas. Solo unas sintonías musicales que envolvían cada lugar que descubriamos. Y cada vez que me quedaba pensativa, unos brazos me rodeaban y unos labios se fundian en los míos hasta que el blanco fuera el único color sembrado delicadamente en mi mente: Que ágil manera tenías de hacerme olvidar, y que talento para colmarme de vida.

Y me vuelves a abrir las puertas, y yo las cierro de un portazo, un portazo que desgarra el alma, que marca el fin. Y me quedo pequeña tras la puerta, agarrandome las piernas como si así pudiera recuperar el aire que se escapa,... Y deslizo mi mano suavemente por la madera, como si pudiera llenar el vacío de mis dedos al no hallar su piel. Y baño sus grietas con una lágrima, cicatrices que me recuerdan al corazón roto que llevo por bandera... Y me preguntas: "¿Sigues ahí? Ábreme, por favor... Te sigo soñando"

El anhelo se derrite buscando inundar un mar donde a la tercera va la vencida, la tragedia convertida en una dulce alternativa. Pero hoy no. Ya no. Ni hoy, ni mañana, ni nunca.

Y tiro la llave, y la casa, y el mundo en el que vives: "Ya no existes para mí"

lunes, 13 de junio de 2016

Fallo Eléctrico y Descarga.

Esto llega a ser incluso estúpido: ¿Por qué sonrío tanto? Me pones enferma. Me pones feliz de una manera muy anormal, muy de cociente intelectual cero. No sé si habréis visto ese capítulo de Los Simpson donde Lisa intenta deshacerse de todos sus hobbies y cosas por miedo a que ello represente su ''Homer'', la cosa que la descarrile de su vida, que nuble el objetivo principal a la cual ella aspira.

En fin, todos tenemos nuestro ''Homer'', y yo odio el mío: estaría mil veces mejor sin él. Sería mil veces más auténtica, más yo, si él andara fuera de un radio de 100.000 kilómetros de mi burbuja vital. Y no seria tan feliz, pero si estaría más tranquila, con un enfoque más Carpe Diem hacia la vida. Porque no es que me hagas daño, ni llenes mi aurora de colores apagados y difusos, simplemente me alteras, y me molesta. No por miedo, ni siquiera por orgullo: porque me conozco. Y sobre todo porque te conozco. Y paso de esa historia: Fuera de aquí, fuera de mí.

No eres para nada a un enigma, ni te pareces a un puzzle que haya que completar: eres un libro con el spoiler en la portada, y la verdad es que el final es bastante soso. Yo me canso de ti y tú no vuelves a llamar, porque somos así, volamos demasiado alto para coexistir con alguien más, porque somos exactamente dos gotas de agua: iguales, brillantes,... pero que van por carriles distintos, y juntarnos sólo hace que caigamos estrepitosamente y de bruces contra el asfalto, fascinando al crío del asiento trasero del coche que juega a las carreras con los llantos del cielo.

De verdad, no sé que pretendes, porque este final lo hemos vivido las miles de veces que hemos querido, y no se cómo no estas cansado ya, al igual que te cansas de esa canción que te vuelve loco al principio. Pero a la centésima vez, ya como que no, ¿No?

miércoles, 8 de junio de 2016

Minuto Cero.

¿Cómo consigue la gente escribir sobre el vacío? Confesad vuestro secreto, porque yo sólo siento eso: vacío. Y en el vacío no hay nada. No hay palabras. No hay melodías... Bueno: hay oscuridad, melancolía, a veces rabia, otras pesadumbre. También parece que en el vacío siempre es de noche: la luz se apaga, se ausenta, tal vez huye.

El vacío sabe amargo, se siente helado, y el tiempo se sumerge en la arriesgada ilusión de la inexistencia. Pero, exactamente, ¿qué hay en el vacío? Está la nada. Y la nada asusta: más que el fuego, más que la tormenta. Más que el destello de un cuchillo en un callejón oscuro. Más que la sonrisa macabra del banquero. Asusta tanto como el resplandor de tus ojos cuando miran al cielo y se preguntan un continuo por qué en un diálogo que sólo conduce allí: a la nada. El pez que se muerde la cola.

Pensaba que esto era el fin, y sólo es el principio. Una broma tántrica de la vida, una ilusión fúnebre que empaña el sol: cada día, a cada hora.

Y aún sigo sin entender qué coño es el vacío. El vacío real. El abstracto. El que sientes, el que dejas de sentir. El que te acuna por las noches. El que se despide de ti pero nunca se va, pero que nunca vuelve: porque siempre está.

''Fuera de aquí'', grito. Pero nadie lo escucha, aunque todos lo oyen: porque están en el vacío, pero en el vacío no hay nada, no hay respuestas, y tampoco puedes contradecir ni afirmar. Ni respirar. Ni vivir, pero puedes existir.

Y en la nada te quedas quieto: el tiempo pasa y eres incapaz de reaccionar. El Sol sale, y no eres competente para dar un paso que te aleje de las sombras. En la nada eres un completo inútil que piensa y piensa construyendo murallas alrededor de uno mismo. Dando vueltas y más vueltas.

En el vacío puedes existir, pero de forma pasajera: aunque eso signifique siempre. Y sigo sin entender qué coño es el vacío, porque en el vacío no hay respuestas.

domingo, 5 de junio de 2016

El Amor de unos Ojos.

Aquella noche fue una velada muy agradable: Se oía el mecer de las olas y la brisa, que se había vuelto más seca con el paso de las horas, marcaba un compás de vaivenes lentos. Esa armonía era casi musical. Cuando me di cuenta, la luna, en el ágil trascurso de un par de horas, se había posado en lo más alto de una cuna estrellada. Fue en ese instante cuando me atacaron con una pregunta: ¿Cuáles son los momentos más dulces que has vivido? 

En ese mismo instante mi mente cayó presa de recuerdos que tal vez eran demasiado melancólicos, pero entrañables. Recuerdo una mirada, unas manos, un abrazo entrada la noche... seguí deambulando entre mis propios recuerdos hasta que percaté que los ojos de mi acompañante estaban fijos en mi, expectantes.
- No sabría como explicarte en qué consisten mis momentos más dulces, mas bien son instantes - Hice una pausa y bajé la mirada, me avergonzaba contar cómo veo el mundo. - Instantes que te hacen replantearte el sentido o el significado del amor, o esos que te hacen recobrar la fe en ese tipo de sentimientos.
Mi acompañante se quedó unos segundos dubitativo, y de forma inconsciente, se acercó hacia mí y clavo su intensa mirada, llena de matices curiosos, en la mía. Con un gesto, me invitó a romper ese pequeño silencio.
- Te contaré uno, para que me puedas entender: Hace bastante tiempo, mientras tomaba una cerveza con el que en ese momento era mi pareja, pasó algo. Yo estaba distraída, mirando las estrellas que ya se empezaban a dejar ver, y dejé caer mi mirada en sus ojos. Él me estaba mirando, pero no de una forma común, era una mirada extraña: me miraba con ojos de enamorado. En ese momento fui capaz de observar algo intangible, pude ver el amor. Y fue extraño, porque para mí fue como si nunca me hubieran mirado así, como si nunca hubiera conocido el amor. Ese momento me llenó de dicha y felicidad, fue un instante real del que pude aprender más sobre la ternura, el cariño, el respeto... el amor. Fue como si nunca nadie me hubiese querido hasta ese momento. - Paré de hablar en seco, me sentía un poco estúpida hablando sobre una mirada.
- Nunca había escuchado una respuesta así, debo confesar que es la más extraña. Pero en cierto modo te entiendo, mis momentos más dulces también se pueden resumir en un detalle, en una sensación.
-Sí - contesté alegremente - es exactamente eso, una sensación. Justo en ese instante, el amor que sentíamos el uno por el otro era algo que se podía observar, que se podía sentir de forma muy intensa con una simple mirada, y aunque ya no sienta lo mismo por ese chico, se que por un tiempo, fue real, fue auténtico. Por eso guardo buenos recuerdos con esa persona, pero concretamente guardo con dulzura ese recuerdo, que se quedó grabado en mí, fue muy bonito,...

Mi acompañante se levantó sin prisas y me tendió la mano, invitándome a otro de nuestros interminables paseos llenos de diálogos que no cambiaría por nada. Por eso esa velada fue tan agradable: él hablaba sin corte y me incitaba a imitarle, aprendiendo más de mi misma que de él.




sábado, 4 de junio de 2016

El Retiro.

He gritado y nadie me ha oído,  he susurrado y todos lo han escuchado: Poca lógica tiene la vida cuando antagonistas cobran el papel que no les corresponde. Entonces niégame una vez más que gritar no tiene sentido, y más si es a los cuatro vientos, la proclamación de una soledad efímera que toma las riendas de algo sólido y permanente. 

Un lamento salado cobra vida al último rayo de sol, y bajo las manos mientras son observadas por unos ojos que ya no quieren ver... Son unas manos que ya no sienten porque se han dado por vencidas: ya no dibujan sombras en las paredes, ni nombres en el vaho de espejos. No les puedo reprochar nada a esos ojillos, que más quisiera yo. Pero la vida continua, y te susurro al oído un adiós que se siente como un castigo helado al alma, y emprendo una senda sin echar la vista atrás, dejando a mis espaldas montañas desoladas y unos labios que gritan, que gritan y que nadie escucha.

Romper, Reparar, Renacer.

Prefiero ser la montaña rusa que enloquece el juicio: sentir lo máximo de todo lo que se puede llegar a vivir... y qué pasa si hoy soy la más desgraciada y desgarrada del mundo, así lo elegí. Un día pierdo la cordura y al siguiente el retorno, y lloro hasta reír, y río hasta llorar: como el fuego que arde asaltando la calma,  la misma calma que silencia las brasas. Así como soy el bosque arrasado, también soy el bosque de cuento. 

Un día ando por el suelo, luchando por no descomponerme, desgarrando la garganta al respirar, rompiéndome en mil pedazos cual tarro de cristal que se recicla. Abandonada... Pero luego, oh Dios, luego... soy el agua que arrasa en la cascada: poderosa, majestuosa. Soy el pájaro que vuela: libre, ágil. Soy el viento: el que va, el que viene. Y en la luz, en la luz quizás me veas. 
Sí, entre cielo y tierra me encuentro.. y en las sombras, en las sombras quizás también me veas. Y no porque esté inmersas en ellas, sino porque ellas están inundadas, sobresaturadas de mí: Este es el precio que hay que pagar por intentar rozar el cielo con los dedos. Y volvería a pagar ese precio, sin dudarlo.

Prefiero vivir en los extremos: pagando con mil trozos de alma aquello que consigue recomponerla intensamente, sembrando con lágrimas aquello que dará como fruto la chispa que desencadena la luz, una luz tan intensa como el sol del verano, tan poderosa como la furia que envuelve el aire otoñal

Rompí la balanza que equilibraba las alegrías y los lloros, porque no pude vivir con tanto equilibrio. Una mezcla entre tedioso y desgarrador era el sentimiento que envolvía mi cuerpo ante tanto orden, y supe que esa vida no era la mía... Lo siento, no pude seguir viviendo como el resto: una paz resignada. Así que decidí romper: romperme en mil pedazos para llegar al límite. 

jueves, 26 de mayo de 2016

Pájaros en el Cielo

Dime, porfavor, que tú también te das cuenta que somos como el río que se bifurca tres veces y se reencuentra otras tres, que somos esa catástrofe natural que siempre se cierne sobre el mismo lugar, ese pasillo del laberinto que cruzas mil veces y aceptas que estás perdido.

Reapareces: Como las malas hierbas.

Somos como una plaga el uno para el otro: a veces yo te conquisto, y otras eres el cazador. Pero siempre acabamos el uno repleto del otro, y siempre nos acabamos alejando al mismo compás intercalado: tú das un pasito, yo doy la zancada. Hasta que el estribillo vuelve y retrocedemos de forma desenfrenada.

¿Por qué nunca detengo el compás que dicta nuestros pasos?
"No lo sé" es la respuesta que nace de la complicada mezcla entre el querer y el no querer. La delicada línea que separa huir de correr. Pero ahora que te tengo cerca, ahora que nuestras ataduras se han evaporado dejando una marca cruel, ahora que no veo luz alguna... Ahora te necesito: Tu siempre me has empujado hacia delante las mil veces que te he abandonado, me has lanzado hacia lo más alto cada vez que te has alejado: Juntos generamos el impulso. Tu eres el motor, y yo el combustible, o al revés. Y juntos cogemos carrerilla: Pasamos de 0 a 100 y nos separamos, y cuando nos quedamos sin movimiento, vuelve a empezar el ciclo. Una y otra vez...

Y me encanta, porque te quiero y te olvido con tanta facilidad que es lo más agradable y llevadero que conozco. Porque ni nunca te quiero ni nunca te olvido. Porque por tí jamás he llorado. Porque cuando vuelves y me voy, cuando vuelvo y te vas, nuestra sonrisa nunca se emborrona.

Nuestro amor es demasiado libre, demasiado ligero. Difícil de comprender si uno mismo no lo vive. Porque nuestra aventura tiene de todo, menos ataduras y normas. Porque nunca nos hemos dejado llevar por los sentimientos de posesión...

Que libres somos.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Colisión de primera hora.

Que voy de aquí para allá. Y en las sombras... En las sombras quizás me veas. Y no me preguntes el por qué de este bucle inconexo a la cordura, ya que para cuando sea capaz de responder, el sol ya estará en lo más alto y todo habrá salido de contexto. Así que ya está: retírate de esta lucha perdida, que el tiempo es oro y no debes desgastarlo.

Ya sé que puede resultar contradictorio, y en su día yo también traté de entender. Pero hay objetivos que no se pueden descifrar: cosas que no se pueden explicar. Así que déjame, sólo por una noche, sumergirme en la nada de mis adentros. Sentir la furia de la desolación. Enfrentarme una vez más a la ausencia. Que cada vez cuesta menos, y cada vez cuesta más: 

Cada vez cuesta menos caer y levantarse, y cada vez cuesta más tropezar con un recoveco libre de caótica insensatez en mi mente. Pero esto sólo quiere decir una cosa: muy pronto seré libre o muy pronto estaré desecha. Aunque sé por experiencia que soy capaz de mezclar ambos estados en mi persona. Enredarme un poco más. Deshacerme un poco menos.

Y luego, luego siempre sale el sol.

martes, 24 de mayo de 2016

Está en tus manos.

Sí, es cierto: tengo una sonrisa grabada a fuego. Y los años pesan en su contra.
''Hablo como una vieja'' Declaré.  ''...Si cuento el tiempo en experiencias, tengo las suficientes como para ser una.''
Y me acobarda la dualidad que adopto cuando las sombras de la noche mecen mi persona, recorriendo todo mi ser. Pero yo sigo con la sonrisa grabada a fuego. Resiste. Llevo el sol por fuera y la tormenta por dentro: Estoy a punto de crujir y partirme. Pero nunca lo hago. O nunca lo consigo. O jamás lo quise. O todo eso a la vez:

Si llevo el sol pintado en la cara y la tormenta inundando mis adentros, entonces debe ser la furia del mar quien desordena todos mis pensamientos. Y aún así: tengo una sonrisa grabada a fuego.

Es una verdadera locura este contraste. De entre todas las cosas que no entiendo esta es la única que representa la luz en el caos: la felicidad es una mala hierba y siempre, siempre podrá crecer en todos  lados, en cualquier momento. La felicidad es algo real.

Este es el secreto que se oculta tras las sonrisas grabadas a fuego. Acéptalo, aún así, todos podemos ser felices. Sólo hay que querer serlo: Sé feliz.

lunes, 23 de mayo de 2016

Sound of Silence

No me hables de sentencias cuando tengo bien claro de que se trata. Cuando mi cordura es quien se angustia ante el abrumante equipaje que llevo a todas partes: a rastras. Por las noches todo es peor: un cúmulo de imágenes atraviesan el alma y ya no llevo la coraza, justo atacan cuando desarmo la muralla. Y vuelvo a tener ese endeble augurio de que ni en tus brazos hallaré consuelo: porque soy yo la única quien arremete en la batalla contra unos fantasmas que dicen ser los míos, y tengo las de perder. 

Pero aún llevo la máscara, ¿sabes? Tengo una oportunidad entre un millón. Y todo es justo como aquella vez que sentí la brisa desde el borde de un acantilado. Recuerdo perfectamente aquel día, la sensación de encontrarse a un escaso centímetro de un abismo real: dejas caer la vista y observas hasta que punto el mar puede presentarse como algo feroz y aterrador. Resulta inconcebible el contraste de este estado con el cielo tan pacífico de aquel día. Hallé en ello un matiz sobrecogedor y agradable. 

Ese día simplemente le di la espalda al océano y regresé a casa. Pero hoy no puedo volver a mi hogar..  Y sólo quiero que el viento me lleve muy lejos: puedo dejarme perfectamente llevar por eso. Y no me costaría esfuerzo alguno. Deleitarse con el sentimiento de liberación, derretirse en él. Ser ceniza de ave fénix.

Aún llevo la máscara, y tengo una oportunidad entre un millón. Dispuestos a apostar, que cada uno apueste por uno mismo: es la única forma en la que concibo la manera de permanecer viva, por dentro y por fuera. 

Como nueva.

Quiero que al bajar la mirada comprendas, y sientas el dolor: ese mismo dolor que provocaste en mi mirada rota aquella tarde. Quiero que llegues a sentir como se rompe el alma de cero a cien en lo que duran unas cuantas palabras. En un maldito instante que va certero a las grietas del corazón, que saben bien donde dar para destruir.  

Ese instante se asemeja a una gota salada que sale disparada al romper la ola contra la roca: lo último que se aprecia de esa trasparente esfera es un rayo de sol atravesándola en su totalidad, convirtiendo un último suspiro en un momento lleno de matices dorados y deslumbrantes. Es casi como un acto de liberación: la paz que arremete contra su propio cuerpo seguido de un final desconocido que la hace desaparecer. En mi caso fue un poco de todo: una parte de mi se liberó y se fue lejos. Y yo la perdí, volviendo al caótico mar sola y perdida.

Te perdí a ti, y también me perdí a mí: tras la colisión los restos que quedaron regresaron al océano, perdiéndose en una espiral de corrientes furiosas y carentes de piedad, como caer de bruces contra el asfalto en una tarde cálida de otoño. Lo único que hice es recoger los pedacitos de corazón y alma mía que hallé por error de camino a casa para depositarlos cuidadosamente en una botella de cristal. Dentro dejé una nota: ‘'Quien sepa arreglar este desastre, se merece el cielo’’. Me pregunto quién se encontraría ese mensaje tan desolador.

Prefiero mil veces renacer a tener que arreglar el estropicio que tú hiciste conmigo.

Prefiero olvidar mis manos sujetando con desesperación unas piernas dobladas en un inútil intento de no descomponerme. Prefiero que mis ojos olviden todo lo que tuvieron que sangrar. Prefiero que mis pulmones no recuerden esa lucha por respirar.


Prefiero morir por esto a vivir con ello. Renacer es mi elección.

domingo, 22 de mayo de 2016

START

Esta noche tuve un sueño que invadió mi cuerpo al despertar: era una sensación de cualidades deliciosamente agradables. Rozaba la paz interior reflejada en el mundo:

Qué bonito fue encontrarte ese día: tu media sonrisa iluminó aquella tarde. Era increíble que ese momento no tuviera nada que envidiarle a la belleza que desprenden las estrellas cuando hay luna nueva. No tenía nada que envidiarle a un exótico amanecer de particularidades rojizas y hermosas.
En el fondo no soy tan pastelosa, lo juro, pero reconozco que tu sonrisa de aquel día podría haber sido la inspiración de cualquier pitonisa, de cualquier pintor, de cualquier artista. Eras la melodía de una guitarra clásica, el sabor de una cerveza en una tarde de verano, el olor a mar, belleza para la mirada. Y labios suaves...

Hace un tiempo me dijeron que nunca soñamos con alguien que no hayamos visto jamás. Incluso de forma inconscinte: alguien que te cruzas en el metro, o se sienta detrás de ti en la cafetería. Por eso tanto ímpetu en volver a ver esa sonrisa, y quién está detrás de ella. Creo que esto se trata de un enigma más de la vida. Aunque parezca una locura, resultaría realmente increíble soñar con una persona antes de conocerla realmente. Mi curiosidad nace ante lo que nunca he vivido, ¿Cómo te haría sentir una cosa de tal calibre?
Puede ser magnífico, ¿verdad?

No estaría mal recordar donde vi aquella sonrisa. De verdad que no.




sábado, 21 de mayo de 2016

El Orden en el Caos, el Caos en el Orden.

¿Te imaginas..? Sí, me refiero exactamente eso. Esa pregunta que surge previamente a... ¿Te imaginas si...? 

En cada una de nuestras mentes estas palabras han quedado grabadas a raíz. Y lo más misterioso de esta situación es la variedad de preguntas únicas que existen en el mundo. Todas y cada una de ellas son intensamente privadas y distintas.
Qué matices más opuestos, ¿Verdad?

Por eso es tan interesante.

Mi pregunta básicamente tiende a algo de naturaleza inalcanzable. Quizás de otro mundo, quizás una incógnita de en qué tiempo. Puede que todo este acertijo tenga algo que ver con nuestra idea preconcebida del concepto de infinito. ¿Realmente crees que el universo és infinito? Quizás podría parecerlo, no se si me llegas a entender. Pero seriamente podría ser finito. .... puede que todo lo planteado sea un explosivo error hacia la ciencia. 
Quizás estemos en un universo finito, pero no somos capaces de verlo, porque a efectos prácticos es de propiedades infinitas, pero solo sómos la millonesima parte de un grano de arroz de un plato de comida. ¿Cómo crees que podemos saberlo todo si pocos quedan con pasión por el saber. Ya no, ya no en esta era de Misa y Apple.

Joder, que bloqueada estoy esta noche. Pero lo que siento hoy es una mezcla de todo. Que inestable. Desagradable.

Ruidos secundarios.


Me hago el honor de resignarme
sólo esta noche
como descanso
mañana temprano abriré los ojos
seré otra vez valiente y ordinario
rebelde con las manos en los bolsillos
eterno con la muerte en el ojal
sólo esta noche en que no hay luna
creerme que voy
creerme que vengo
creer que mi corazón ya no podrá jamás
aumentar de tamaño y de nostalgias
sólo esta noche
por favor
por piedad
sentirme vencido
humilde
devastado
hecho y deshecho con desechos de Dios
puesto a soñar sin vistobueno
dado a mentir sin esperanza
pero sabiendo que se trata
sólo de esta noche estéril y única
mañana a las siete abriré los ojos
y otra vez pondré el hombro sin quejarme
y escucharé el estruendo universal
sin que me engañen ruidos secundarios.

Mario Benedetti

viernes, 20 de mayo de 2016

Todo Apariencias

Te lo juro, es algo que me puede. Es ver esa sonrisa y yo me evaporo. Siento que desaparezco sin hacer ruido, sin explotar de emoción ni aterrorizarme por completo.
''No se por qué'' me mentí descaradamente.
Simplemente tus labios curvados felizmente son profundamente extasiantes.

Pero ya está. La cosa se para en seco justo en ese instante. Y no puedo dar rienda suelta a ese frenesí. Siempre he sido una persona cuyo rasgo destacable era tan simple como 'enamoradiza'. Gracias a eso me llevé bastantes chascos que me hicieron más mal que bien, en palabras tajantes y simples. Y si hoy me haces elegir entre yo o el mundo, me elijo sin dedicar un escaso segundo a pensarlo.
''Necesito unas vacaciones'' Concluí hacia mis adentros.
Es cierto, necesito vivir paralelamente hasta que me encuentre en tierra firme. Necesito aprender a vivir más despacio. Más despacio para saborear la vida en su totalidad. Sin prisas de más. Sin prisas de menos.

Perderse es la única forma de encontrarse; y para perderme debo estar sola. Se que puede ser un camino largo y has perdido el mapa, pero esta es la única forma.¿Cómo voy a encontrarte si no soy capaz de hallarme? O mejor dicho... ¿Qué necesidad tengo de encontrarte si aún no lo he hecho yo?

Si lo piensas friamente, vivimos en una sociedad donde uno de sus pilares fundamentales es la idea del amor. Del amor romántico y casarse antes de los 35.

No es extraño que yo quiera estar sola, lo extraño es que vosotros tenéis pánico a estarlo.

Piar a media tarde.

Los rayos de sol iluminaban mis párpados, cerrados, mientras daba vueltas y más vueltas al compás de una canción que yo misma cantaba. Qué rojizo se siente el sol.

Abrazada como estaba a mi acompañante, parecíamos dos seres en otra dimensión que sólo conocen los pájaros cuando vuelan hacia lo más alto. Si la libertad se pudiera atesorar en un frasco, ese instante estaría en uno de cristal, trasparente y lleno de brillos. Como mil diamantes líquidos y suaves. Sería un envase pequeño y precioso.

Ese frasco sería el anhelo de un aventurero en busca de la esencia de la vida, y que cuando lo encuentra, postrado en lo más alto de un altar improvisado y de madera de sándalo, se quita el sombrero y se queda asombrado ante la grandeza de algo tan puro. Y luminoso. Bonito, precioso, elegante. Humilde. Y se pregunta si él mismo es merecedor de algo tan interdimensional.

Estos momentos llenos de despreocupación son los que alimentan el alma, son los que lavan nuestra conciencia. Los que restablecen la fe en el mundo.





jueves, 19 de mayo de 2016

Promesa.

Me encontraba absorta, mirando esa espiral grisácea de curvas tan imposibles. Curvas imposibles y fluidas, repletas de matices suaves. Había dejado el cigarrillo en el cenicero, y este sólo se dedicaba a consumirse sólo. Era como un presagio. ''¿El reflejo de la vida?'' Me pregunté hacia mis adentros.

Puedes luchar contra la vida: agarrarte a un clavo ardiente en un acto desesperado del último segundo, cortándote la respiración. Desgarrarte. Quemarte por dentro.
Y puedes arrinconarte en una esquina y llorar. Dejando que la situación te sobrepase e inunde. Ahogarte. Congelarte por dentro.

Te pase lo que te pase. Hagas lo que hagas. Luches o Fracases. Explotes o Congeles. 
Lloros de Alegría o Dolor. No puedes detener el tiempo. No se si llegas a entender hasta que punto la vida es completamente caótica hasta que entiendes esto. La vida personal se encuentra inconexa del paso del tiempo, de la vida en sí. Por esto, a veces tomarse una pausa es peligroso. Tú no sentirás que pasa el tiempo, pero el tiempo pasa. Para todos. Incluso para mí y mi paréntesis eterno.

Me quedo quieta pero el caos no se detiene, y no puedo hacer nada contra él. La vida es puro caos. La vida tiende al caos. Y todo se resume en el caos. Independientemente de lo que hagas. Por eso creo que la vida es como un videojuego muy macabro sin botón de pausa, y todos tenemos un reloj de arena sobre nuestras cabezas que no podemos manipular.

Puestos a nuestra situación, deberíamos escarmentar de nuestros errores y coger ese clavo ardiente. Cualquier cosa es mejor que desaprovechar lo que no tenemos en nuestras manos y nos ha tocado: el tiempo. Agarrar ese maldito reloj y luchar por vivir. En vez de llorar. En vez de la nada,
Cualquier cosa es mejor que la nada, ¿no? Prefiero creer que si que puedo coger ese reloj y poder descansar. Poder soltar un profundo suspiro, de esos que curan el alma, Esto será lo único que me mantenga alejada de esta dejadez constante. Ya basta de tanto vacío.

''Voy a cambiar'' Pensé mientras cogía otra vez ese último y maldito cigarro.

.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Las caras del amor

Te he visto enamorarte más de una vez, lo he visto en tu mirada.
Lo se desde el momento en que me miraste de esa forma: ahí me contaste el secreto de tus ojos, que hablan más que observan.
He visto tu alma romperse en mil pedazos, y también la he visto llena de luz.
Así es como me hiciste cuestionarme la idea del amor: el sentido de su enrevesada existencia.
Todo eso concentrado en tu iris. En tu pupila. En tu ser.
Vi nacer la chispa, y también vi apagarse el fuego posteriormente.
Que efímero fue y cuanto aprendí, de forma intermitente.
También te mire con ojos de enamorada, devolviéndole la complicidad con una sonrisa descarada. Sin embargo, hoy te sigo mirando con amor, pero ya no es el mismo tipo, o la misma clase, o del mismo modo. Algo cambió. Tu cambiaste. Y yo, igual.
Es otro tipo de amor, tal vez los restos, o quizá sea el punto culminante: que me caiga un rayo si un te quiero mío hacia ti es mentira.
Te quiero en mi día a día, dedeo ayudarte y poder buscar en ti el consuelo cuando el día se ponga lluvioso. Te quiero para compartir una cerveza y que me cuentes que tal te va todo. Te quiero en mi vida, al igual que yo en la tuya, pero sin lazos románticos ni rosas al despertar.
Te quiero, porque fundirme en tus brazos es refugio cálido.
Te quiero, amigo.
Se que esto se sale de lo normal, que de un romance nazca la amistad, pero tu ya sabías que yo no entraba en la definición de lo común.
Y, otra vez, que me caiga un rayo si miento.

Lo intentamos, cariño, solo el cielo conoce la veracidad de estas palabras... Pero creo que el destino tenía otro plan en mente.

La amistad es como una mala hierba, puede crecer por todos lados, y sobre cualquier cosa.

domingo, 15 de mayo de 2016

La leña del fuego.

Y de repente la habitación se quedó en silencio, sin contar con los mediocres diálogos de la TV. Pasados unos instantes la luz del televisor iluminó sus labios, que estaban entreabiertos, y su mirada, que estaba fija en mí: cual depredador acechando a su presa.

Mis labios se curvaron en una media sonrisa, que 'pena' que él no supiera que yo era el cazador esta noche.

Que 'pena' que en un movimiento ágil y rápido ya estuviera prisionero de mis piernas. Mis dedos desataban poco a poco los botones de su camisa, mientras en su mirada se observada una febril desesperación.

Reconozco que siempre he encontrado un punto excitante en esas miradas tan impacientes a la par de fogosas.

Él ahí tan sentado y acorralado, cuando se le notaba tan energético. Y yo anudando su cintura en el abrazo de mis piernas, cuando parecía más vulnerable.

Qué fácil resultó dejarle que me desnudara a cambio de sus prendas de ropa, qué fácil resulta disfrutar de algo tan carnal a pesar de no haber sentimientos de por medio.

Era tan mío, y yo era tan poco suya,... Por eso resultaba fácil, dominarle en ese sentido.

El Rayo Que No Cesa


Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.

Como el mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.

Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.

Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.

Miguel Hernández.

sábado, 14 de mayo de 2016

Pedacitos de alma mía.


... Y quiero ser sin llegar a serlo, y pensar sin reconocer creer en ello.

Y estar en tus brazos una y otra vez. Y morir para que al día siguiente no vuelvas a estar junto a mí. Y mentirme diciéndote que es lo que quiero.

Pero no. No más. Nunca más.

Bueno,… solamente unas tres millones de veces más. Así algún día tal vez no me duela decirte que te quedes, que me siento rota y encender la ilusión de la plenitud en la fortaleza de tus brazos y creer que todo va a salir bien por un instante, aunque al despertar y fundirme en la rutina vuelva a ser todo como antes: la realidad de una alma partida en pedazos.

Y no me queda otra cosa que seguir aumentando la montaña de mentiras mientras me digo a mi misma que esto es normal, que estar rota es la manera de estar completa (que estar rota es la nueva forma de sentirse llena) , o que se puede (es posible) estar completa sólo con un pedacito de alma.


Y mis ojos brillan al mirar la luna. Y ella  me devuelve la mirada. Una mirada intensa y llena de carga, como si susurrara: ‘’soy testigo helado de todo lo que sucede, y juez de todos tus malos actos’’. Como una mirada paternal que lo recrimina todo sin saber el motivo verdadero.

Ojalá todo fuera tan fácil como respirar.

Deambular

Típico que estas imaginándote deambulando en una calle cualquiera, a media tarde. Los rayos del sol acarician tus mejillas pero el verano queda aún muy lejos. Miras el camino: su cemento es de un gris muy tenue, desgastado. Y lo miras, y sientes la presencia de ese millar de gente que ya ha deambulado, tiempo atrás, por el sitio donde hoy, en este mismo instante, posas tus pies. Gente con cientos de historias diferentes, con motivos diversos y opuestos.

Sin embargo, el camino se queda hoy vacío, sólo y desgastado. Y te pones de cuclillas, solo por verlo más de cerca. Tocas el cemento con un dedo, sus grietas,… como si eso tuviera la extraña habilidad de hacerte sentir más cerca del sentimiento desolado, como si ese gesto pudiera curar el paso del tiempo.. Y querrías bañarlo con una lagrima y hacer que su silencio fuera más llevadero. Pero simplemente te quedas mirándolo, sumiso en tus pensamientos, como si en ese momento fueras la persona más apática del mundo si juzgaran tu expresión.

Y miras el suelo otra vez, que blanquecino está ya. ¿Estará mi alma de igual manera que esta carretera?

Me levanto, ¿Cómo un suelo me puede hacer pensar tanto? La respuesta es difusa e incompleta. Me siento como algo viejo, desgastado. Y no puedo evitar ver mi reflejo en aquello donde, a pesar de ser inanimado, el paso del tiempo se convierte en algo tangible.

Hoy me siento como un viejo que se aleja del mundo para dar su último suspiro en silencio, con esa capacidad de rememorar toda una vida en lo que dura un cigarrillo. Lo recuerda todo sin pensar, tal vez solo ‘siente’ lo que fue su vida, y se permite dejar la mente en blanco.

Una calada más.

Una calada menos.

Y llega su fin.

Abro los ojos en el ‘mundo real’. Miro mis manos,… mi habitación. Ya no recorro la metáfora del camino, ahora lo construyo. Se quiebra el primer suspiro… ¿a dónde voy?

La verdad es que pienso demasiado, es a la ultima conclusión a la que llego, y me quedo esos instantes que determinan el llegar tarde o llegar a tiempo mirando el techo, como si quisiera pensar, pero en realidad tengo la mente en blanco: pasan tantas cosas por mi cabeza que todo se convierte en un borrón y luego, luego llega la nada.


El principio que pone punto y final a quedarse inmóvil, y te levantas, y comienzas un nuevo día, y,… y sigues cavilando.

viernes, 13 de mayo de 2016

Nos encontraremos,.. ¿Verdad?

Y de pronto me encontré extrañándote, añorándote en silencio como si de una condena se tratara.

Y de hecho, lo es. Esto si que es una condena.

El silencio de tus labios, la ausencia de tu mirada... Y por encima de todos tus detalles físicos, que pueden ser cambiantes y perecer, el sentido especial que cobraba el "nosotros". Contigo ya no estaba -o me sentía- tan sola en el mundo.

Nunca he sido una persona muy independiente, pero aprendí a serlo y lo más importante, a ser feliz con ello. De hecho no me desagrada... La mayor parte del tiempo.

Pero llega la noche y cae la muralla, y los sentimientos de soledad se apoderan de todo lo que encuentran y lo envuelven en una fina capa de humo denso, trasparente y viscoso. Y negro.

Y así es como quedo apartada del universo. Es demasiada soledad para una sola persona, y añoro la esperanza de tu abrazo.

Me pregunto cuando me llegará la hora, de morir o de enamorarme -otra vez, pero de forma certera-, o de ambas a la vez.

Porque en cierta manera enamorarse es morir. O mejor dicho: renacer.

"Yo no se vivir sin amor, yo vivo amando, algo incierto y desesperado"

Ya no quiero seguir sacando fuerzas, solo quiero fundirme en un abrazo. Quiero salir un día a la calle y enamorarme, y saber que esa persona será el/la acompañante fiel de mi vida. Nuestra vida.

Estés donde estés, y aunque mis esperanzas flaquean, te encontraré, o me encontrarás.

Algún día llenarás el vacío que intento atestar con malos vicios y costumbres.

Pero hasta ese día voy a seguir sobreviviendo a mi manera, porque en parte, eso me hace feliz. Me hará feliz hasta que te encuentre. O me encuentres.

O nos encontremos.

jueves, 12 de mayo de 2016

El sinsentido de hoy

Juguemos a un juego: hablemos a través de terceros.

Supongamos: imagina que te hablo de una mujer que conozco, cuya identidad no será descifrada al acabar esta noche ni ninguna otra.

Quizá tú pienses que te hablo de algo que me avergüenza y yo jugaré la baza del anonimato: quizás sean meras cavilaciones que como objetivo tienen únicamente la finalidad de pensar, de pensar por el noble arte de descifrar enigmas. O quizá no. O que carajos, quizá realmente sea eso.

Ya te dije que quería jugar a un juego.

Dijera la locura que te dijera, ¿creerías que hablo sobre mi persona? En un intento, claro está, de obtener cierta información -o incluso tu propia opinión-de ti sin que tú supieras lo que quiero yo saber. Es decir, que intente adivinarlo, en el hipotético caso de que deseara adivinar, por medio de palabras y situaciones que puedan parecer similares, pero que al mismo tiempo despierten en ti la duda de si has llegado a esta conclusión lógicamente y es certera, o si, por el contrario, tus pensamientos son solo mera especulación sin base y has caído en el error.

Negociamos en palabras claras, "intentemos no dar muchos rodeos".

Hemos venido a jugar.

Hoy preguntas tu primero, ¿o seré yo? Como la famosa pregunta de la pastilla azul o la roja. ¿Serás el policia o el ladrón de este juego mental?

miércoles, 11 de mayo de 2016

Cuando la leche se pone mala.

Sabes de eso que dices "Y que le den", y te quedas así de a gustito. A esa línea de pensamientos le siguen cosas como "él sabrá", "es un puto inútil", y mi preferida "a él le va a salir más caro que a mi".

Pues todas esas frases en este momento no siento que vayan acorde con el singular, en esta ocasión me decanto por el plural, así englobo a todo el mundo en vez de a uno o a unos pocos.

Hoy no tengo paciencia ni comprensión. Los pocos que me puedan aguantar así que me acompañen a por pizza y cerveza, que la vida es un poco jodida y viene bien quejarse una miaja.

Sola o con buena compañía, todo sea por el noble arte de cagarse en la puta.

El olvido son los padres.

Estaba deambulando, entre millones de personas: altos, bajos, guapos, mediocres, morenos, blancos,... Y en ellos solo era capaz de ver tus ojos, tus labios, tu cabello alocado, tus andares despreocupados, tú.
Me di cuenta de que, a pesar de tanto tiempo alejados el uno del otro, por muchos puntos suspensivos y finales que puesiéramos te seguía buscando al girar en cada esquina: tú y tu viejo coche esperándome para emprender uno de nuestros viajes locos.
Nunca llegue a comprender porque siempre huíamos de los lugares que nos eran habituales o familiares hasta hoy: no estamos ni estábamos hechos para la rutina de nuestro día a día, no encajábamos. Solo podíamos ser nosotros en lugares desconocidos. Rodeados de gente de la cual no teníamos ni puta idea de su existencia, ni nos importaba.
Así si, así si que estábamos hechos a la perfección el uno para el otro.
Por eso hoy, mientras deambulaba por las calles de una ciudad que no había visitado en mi vida te buscaba. Inconscientemente, tal vez.
Estoy segura de que algún día nos volveremos a encontrar en cualquier lugar alejado de la mano de dios, y entonces entornaré los ojos y me diré a mi misma "el mundo es un pañuelo"
Pero por supuesto, esa historia quedaría grabada en los muros de esa ciudad para no salir nunca de allí. Prisionera del secreto.
"Hasta la próxima" o "hasta nunca", así me despediría.